5 errores a evitar en fotografía de la Vía Láctea

Podemos estar de acuerdo en que la gran mayoría de nosotros nos quedamos fascinados tras hacer nuestra primera foto de la Vía Láctea. Tanto que, para algunos como yo, se convierte en una especie de obsesión hacer mejores fotos de nuestra galaxia cada vez que salimos.

En este artículo, echaremos un vistazo a cinco de los errores más comunes cuando fotografiamos la Vía Láctea, a fin de que puedas evitarlos y conseguir imágenes con excelentes resultados. Además, veremos las opciones que tenemos para solucionar estos problemas.

No planificar

Si la planificación es una parte muy importante en fotografía de paisaje, lo es aún más cuando fotografiamos la Vía Láctea.

Parece de sentido común, muchos fotógrafos principiantes se suelen olvidar de este punto. Normalmente debemos conducir muchos kilómetros para llegar a la localización para hacer fotos, por lo que una buena planificación nos puede ahorrar dinero en gasolina y tiempo.

Debemos tener en cuenta todas las variables que pueden afectar a la visibilidad de la Vía Láctea, entre ellas:

  •       Contaminación lumínica. Cuanto más cerca estemos de grandes ciudades más nos tendremos que alejar para ver y fotografiar la Vía Láctea.
  •       Fase de la Luna. La luz de la Luna también afecta a la visibilidad de la Vía Láctea. Por ello, debemos elegir fechas cercanas a la Luna Nueva para salir, preferiblemente durante las horas en las que la Luna esté por debajo del horizonte.
  •       Nubes. Solamente podremos ver las estrellas si el cielo está despejado, por lo que si la previsión meteorológica da nubes, igual debemos considerar posponer nuestras salidas.

·        Posición y elevación de la Vía Láctea. Existen aplicaciones que nos dicen la orientación que tendrá la Vía Láctea durante distintas épocas del año y en diferentes momentos de la noche. Esto es importante conocerlo, ya que influirá notablemente en nuestra composición y foto final.

Una app como Photopills nos ayudará en el proceso de planificación.

Composición pobre

Se suele decir que la composición es el pilar fundamental para conseguir una buena fotografía, y a la hora de capturar la Vía Láctea no iba a ser menos.

Es habitual ver fotos que solo incluyen el cielo (o que sea el 90% del encuadre), y es que la Vía Láctea es tan bonita que muchas veces se olvida del primer plano. Esto pasa sobre todo durante nuestras primeras salidas nocturnas, que no nos paramos a elegir cuidadosamente el contenido del suelo.

Además, si sumamos la dificultad para componer a oscuras, la tarea se complica. Por suerte, solucionar todo esto es más sencillo de lo que parece.

Es importante que lleguemos a la localización antes del atardecer. De esta forma, identificaremos encuadres potenciales que podremos usar durante la noche, y también podremos aprovechar para reconocer la zona y posibles peligros. Podemos usar aplicaciones como la realidad aumentada de Photopills para localizar la orientación de la Vía Láctea.

El paisaje que decidamos incluir puede ser muy variado, pero es recomendable incluir un elemento protagonista que ayude a transmitir mejor el mensaje de la fotografía. Puede ser un árbol, unas rocas, unas ruinas o incluso una figura humana.

Una buena composición es fundamental para conseguir impactar con nuestras fotos. Foto by @juan.yelin 

Finalmente, podemos usar un truco para poder saber qué estamos incluyendo en el encuadre durante la noche.

  1. Abrimos todo lo que podamos el diafragma.
  2. Subimos el ISO al máximo que nos permita nuestra cámara (25600, 51200…).
  3. Ajustamos la velocidad a unos 2-5 segundos.
  4. Revisamos la previsualización y repetimos el proceso hasta encontrar la composición que nos guste.

Estrellas desenfocadas

Otra de las principales dificultades a la hora de fotografiar la Vía Láctea es el foco. De noche, nos podemos olvidar de usar el autoenfoque de la cámara, básicamente porque no hay luz suficiente para que funcione bien. Además, como estaremos usando diafragmas muy abiertos, perdemos profundidad de campo.

Entonces no nos queda más remedio que enfocar manualmente. Y aquí muchos estaréis pensando seguramente en la hiperfocal. Sin embargo, esto es algo que yo no recomendaría usar para fotografiar las estrellas.

Recordemos que la distancia hiperfocal maximiza la profundidad de campo, pero eso no quiere decir que toda la escena tenga una nitidez absoluta, sino aceptable. Es decir, si tenemos una hiperfocal de 5 metros, todos los objetos que se encuentren desde los 2,5 metros hasta el infinito estarán con un foco que se considera razonable.

El problema es que la nitidez es algo subjetivo, y depende del tamaño de la fotografía, la distancia de visualización y el criterio propio de cada uno.

No quiere decir que no se pueda usar la hiperfocal. De hecho, como la mayoría de nuestras fotografías las usaremos para compartirlas en redes sociales, es más que suficiente ya que nadie va a ampliar la foto para verla al 100%.

Pero yo soy muy tiquismiquis y prefiero tener las estrellas totalmente enfocadas a costa de perder algo de nitidez en los planos más cercanos a la cámara (que normalmente también estará oscuro). Lo último que queremos es volver a casa y descubrir frente al ordenador que las estrellas están algo blandas o peor, desenfocadas.

Enfocar correctamente las estrellas es algo crucial. Foto by @juan.yelin 

Así, recomiendo enfocar directamente a las estrellas, algo mucho más sencillo de lo que parece en principio:

  1. Una vez tengamos configurado el enfoque en manual, abrimos el live view de la cámara.
  2. Buscamos una estrella brillante y hacemos zoom digital sobre ella (no con el objetivo, sino en el live view).
  3.  Ajustamos el anillo del enfoque hasta que la estrella sea lo más pequeña posible.
  4. Hacemos una foto de prueba y comprobamos que efectivamente están bien enfocadas.

Paisaje negro

Una vez que tenemos el encuadre y hayamos configurado el enfoque, es hora de elegir los parámetros con los que vamos a tomar la fotografía.

Cuando hacemos nuestras primeras fotografías nocturnas, es habitual volver con fotos de la Vía Láctea con el paisaje totalmente oscuro y sin apenas detalle. A menos que nuestra intención sea siluetear el paisaje, debemos evitar esto, ya que por lo general no suele ayudar al propósito de la imagen.

El problema es que estamos limitados a una velocidad máxima de exposición según la distancia focal que estemos usando para evitar trazas en las estrellas, y a la vez que queremos mantener el ISO lo más bajo posible para que el ruido digital sea lo menos apreciable posible (spoiler, hablaremos de esto en el próximo apartado).

Si añadimos a la ecuación la poca cantidad de luz ambiental que disponemos, se nos hace complicado conseguir una exposición correcta tanto para el cielo como para el suelo. A menos que nos encontremos cerca de un núcleo de contaminación lumínica, puede suponer un auténtico reto conseguir detalle en las sombras más profundas de la imagen, sobre todo si tenemos una cámara que no recupera bien las sombras.

Una de las soluciones es capturar el cielo y el paisaje por separado con distintos parámetros, y posteriormente realizar una fusión (o blending) en el ordenador. Es una técnica algo más avanzada, pero conseguiremos un salto de calidad en nuestras fotografías y merece la pena aprenderlo.

El blending es una técnica que merece la pena aprender. Foto by @juan.yelin 

Otra opción es iluminar el paisaje nosotros mismos, pero es una técnica que también requiere aprendizaje para conseguir resultados naturales. Sin embargo, tiene el inconveniente de que no podremos iluminar elementos lejanos como montañas, por lo que personalmente prefiero usar el primer método.

¡Ah! Y que no se nos olvide revisar el histograma para verificar que hemos capturado toda la información de la escena.

Mal uso del ISO

“No subas mucho el ISO”. “Mantén el ISO lo más bajo posible para evitar el ruido”. Son frases que quizá hayamos escuchado en más de una ocasión.

Existe una creencia errónea sobre cómo se origina el ruido en fotografía digital. En muchos sitios se enseña que valores altos de ISO provocan más ruido (entiendo que para comprender mejor el concepto de ISO). Esto no es así.

Simplificándolo mucho, nuestras cámaras regulan la cantidad de luz que llega al sensor mediante el diafragma y la velocidad de exposición. Esa señal que capturamos se amplifica a través del ISO, es decir, aumentará la luminosidad. Y al subir el brillo de la imagen también se hará más visible el ruido digital, que se produce en los procesos internos que lleva a cabo la cámara para convertir los fotones en píxeles.

Por tanto, el principal causante del ruido es no haber capturado la suficiente cantidad de luz (a través de la apertura y la velocidad), y el ISO simplemente hace más visible el ruido.

Esto nos lleva a que mucha gente que se está iniciando tenga miedo a subir el ISO en fotografía nocturna para evitar la aparición de ruido y usen valores de 100, 200, 400… Lo cual es contraproducente, ya que en situaciones de poca luz, usar un ISO 100 producirá más ruido al subir las sombras que usar un ISO 3200, por ejemplo (considerando los mismos parámetros de apertura y velocidad).

Mantén un ISO bajo, pero que a la vez te proporcione una exposición correcta (revisa el histograma para esto). También es importante conocer el rendimiento de nuestra cámara en situaciones de poca luz, de esta manera podremos elegir el valor ISO óptimo.

Muchas cámaras aguantan bastante bien ISOS altos, por lo que bastará con aplicar una reducción de ruido en el procesado para eliminarlo. Otras veces, sobre todo en cámaras de principiantes, puede que con esto no sea suficiente, ya que reducir el ruido en exceso puede provocar que también se pierdan los detalles más finos de la imagen.

No tengas miedo a subir el ISO. Datos EXIF: Cielo ISO 12800, f2.8, 13”; suelo ISO 12800, f2.8, 92”.] Foto by @juan.yelin

En estos casos, vale la pena aprender a hacer apilados (stacking) para reducir el ruido. Esto no es más que hacer una serie de fotos con los mismos parámetros y fusionarlas en una sola imagen (a través de programas como Photoshop o Sequator).

Otra opción más avanzada es usar un tracker, que permitirá que la cámara siga el movimiento de las estrellas. Esto nos habilita la posibilidad de usar tiempos de exposición más largos, captando más luz y, por tanto, reduciendo considerablemente el ruido.

Conclusión

La fotografía nocturna puede llegar a ser un reto, pero es gratificante ver que conseguimos hacer aquellas fotos que pensábamos que no éramos capaces de realizar. Porque, como en muchos otros ámbitos, hace falta tiempo para aprender y mejorar nuestras habilidades, muchas veces a base de ensayo y error. 

Tener en cuenta todos estos puntos hará que nos ahorremos muchos de los procesos de ensayo y error, obtengamos un salto de calidad en nuestras fotos de la Vía Láctea.

¡Muchas gracias por llegar hasta el final del post! Si tienes alguna duda o crítica constructiva no dudes en escribir un comentario en la parte inferior del artículo. Un saludo! 

Juan Yelin

Juan Yelin

Soy un fotógrafo especializado en paisajes naturales, urbanos y nocturnos, nacido y residente en Madrid, España. Mi aventura con la fotografía empezó en verano de 2017, cuando compré mi primera cámara por capricho y la estrené en una escapada a Bélgica en agosto del mismo año. Anteriormente, apenas me había interesado en este mundillo, pero aquel viaje fue la semilla que lo sembró todo. Tanto que actualmente no tengo claro si realmente la fotografía es una excusa para disfrutar de la naturaleza y los cielos nocturnos, o al revés.

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